MCT8 - AHDS Foundation

La fisioterapia es muy importante; el masaje de los músculos tiene efectos positivos, ya que tiende a disminuir la tensión y permite que la terapia sea más eficaz.

La deficiencia de MCT8, también conocida bajo el nombre de síndrome de Allan-Herndon-Dudley, es un síndrome ligado al cromosoma X que sólo afecta a los niños varones. El primer caso de deficiencia de MCT8 ha sido identificado en 1944. Después de 60 años de investigación científica se confirmó que el síndrome es causado por mutaciones del transportador de monocarboxilatos (MCT8). El gen SLC16A2 es el plano para la formación del transportador MCT8 de la hormona tiroidea. Aunque hay varios transportadores que cumplen esta función, MCT8 es necesario para que estas hormonas pasen al cerebro de forma eficiente. Las hormonas tiroideas son importantes para el desarrollo de las funciones cerebrales, especialmente durante la fase embrionaria, en los bebés y durante la infancia. Debido al hecho de que el gen SLC16A2 se encuentra en el cromosoma X, el síndrome afecta sólo a los niños varones. Aunque las niñas pueden ser portadoras, es extremadamente raro que presenten síntomas.

Ya sea un neurólogo pediátrico (visto que involucra el retraso mental y motor) o un endocrinólogo pediátrico (ya que las anomalías de las pruebas de las hormonas tiroideas son típicas del síndrome)

Según Orpha.net, el número estimado de pacientes diagnosticados con MCT8-SAHD en todo el mundo es de unos 320. Sin embargo, ciertos estudios han demostrado que hasta el 4% de los casos no diagnosticados de niños que presentan retraso mental y motor pueden verse afectados por este síndrome.

El SAHD o la deficiencia de MCT8 es el nombre que incluye todas las mutaciones del transportador MCT8. En un tercio de los casos, la misma mutación está presente en un niño de otra familia no emparentada. Algunas mutaciones se heredan de la madre (ligadas al cromosoma X), mientras que otras, llamadas «de novo», son nuevas.

Pueden darse tres casos:

  1.  Cuando la mutación es heredada - la madre es portadora de la mutación (las pruebas de sangre pueden indicar que es portadora). Esta es una mutación heredada ligada al cromosoma X.
  2. Cuando la mutación es espontánea, también llamada «de novo». Esto significa que la mutación se ha desarrollado en el estado embrionario.
  3. En casos muy raros, la mutación puede estar presente en la madre pero sólo en ciertos tejidos. En ese caso, la madre es una «portadora mosaico» y es posible que las pruebas de sangre no indiquen que es portadora. El niño puede todavía heredar la mutación ligada al cromosoma X

Algunos niños pueden tener un vocabulario de hasta un par de cientos de palabras; otros pueden comunicarse a través de la mirada, mediante sistemas de intercambio de imágenes u otros sistemas de comunicación. La mayoría de los niños no comunican verbalmente. Sin embargo, el hecho de que no comuniquen de forma verbal no significa que no puedan comunicarse, así que es importante no dejar que eso le impida intentarlo.

La deficiencia de MCT8 (SAHD) es difícil de diagnosticar. Las primeras anomalías observadas, a unos 2 o 3 meses de edad, incluyen el cuerpo fláccido y la incapacidad de sostener la cabeza. Las pruebas típicas de tiroides que podrían requerir investigaciones adicionales son el nivel alto de la T3 sérica y el nivel al límite bajo o el nivel bajo de la T4. Para confirmar el diagnóstico son necesarias pruebas genéticas.

El gen afectado se encuentra en uno de los cromosomas X de la madre. La madre (XX) tendrá un cromosoma afectado, mientras que el otro no estará afectado. En la mayoría de los casos, el cromosoma no afectado asume «las funciones» del cromosoma afectado y por eso la madre no es una paciente, sino una portadora.  Si se trata de un niño varón (XY), el cromosoma X proviene de la madre. Si el cromosoma en cuestión es el cromosoma X afectado, entonces el niño será un paciente. Hay un cincuenta por ciento de probabilidad que el niño tenga el cromosoma afectado. Si se trata de una niña, también tiene un cincuenta por ciento de probabilidad de tener el cromosoma afectado, sin embargo, en su caso, la niña será portadora, como su madre.

En muy raras ocasiones esto sería posible, pero sólo cuando el cromosoma X sano también tiene una mutación, por lo que ambos cromosomas X serán ineficaces y no funcionarán de forma correcta.

Hasta ahora no existe una cura, pero la medicina avanza de forma muy rápida. Hay terapias que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes. También hay un medicamento que puede disminuir la toxicidad de la sangre (Triac), reduciendo de esta forma las complicaciones a largo plazo.

MCT8 es una proteína que ayuda a transportar la hormona tiroidea al interior de las neuronas. Las hormonas tiroideas son vitales para el desarrollo del cerebro. La mutación MCT8 afecta a cada niño de forma diferente debido a las diferentes cantidades de T3 que entran en las células para ayudar al desarrollo del cerebro. Como los copos de nieve, no hay dos niños que sean exactamente iguales.

La hormona tiroidea desempeña un papel fundamental en el desarrollo del cerebro. La T3 es una hormona tiroidea que afecta a muchos procesos del cuerpo, incluso el crecimiento y el desarrollo, el metabolismo, la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca.  Cuando la proteína MCT8 funciona normalmente, la T3 puede entrar en las neuronas. Cuando hay una mutación en la proteína MCT8, el suministro de T3 a las células del cerebro es insuficiente. Fundamentalmente, cada célula tiene una «puerta» para recibir la hormona T3. En el caso de la mutación del MCT8, es posible que la «puerta» de la célula no pueda abrirse para recibir la T3 o que la «puerta» esté abierta sólo parcialmente para recibir la T3.  Los individuos que tienen una «puerta» que esté abierta parcialmente se verán menos afectados que los que no tienen esa «puerta».

No se sabe cuál es la cantidad mínima de hormona tiroidea necesaria para un desarrollo normal.  Una reducción del cincuenta por ciento (como en el caso de las madres portadoras) no tiene consecuencias graves. Esto se ha demostrado de forma experimental en cultivos de células cutáneas obtenidas de muestras recogidas de madres portadoras.  El nivel del deterioro del transporte de hormonas depende del tipo de las mutaciones.

En el caso de los niños con MCT8-SAHD, el cerebro es incapaz de recibir la cantidad adecuada de T3, por lo tanto el cerebro es incapaz de desarrollar las áreas fundamentales necesarias para el habla, las funciones motoras etcétera. Por eso hay muchos niños que no pueden caminar, hablar o quedarse sin supervisión.

Debido a la falta de T3 dentro del cerebro, las células nerviosas son incapaces de enviar las señales adecuadas al resto del cuerpo. Esto tiene como resultado movimientos distónicos, convulsiones, hipotonía y otros síntomas.  Esto se identifica a menudo en las IRM del cerebro, que revelan que el desarrollo de la mielina (materia blanca) muestra un retraso.

Dependiendo de la mutación y de la gravedad del síndrome, algunos niños pueden comunicarse mediante un vocabulario básico y otros pueden comunicarse a través del lenguaje de signos. Otras opciones que funcionan para algunos incluyen la tecnología centrada en la mirada acompañada de un programa informático de comunicación, sistemas de comunicación a través de imágenes (como PECS o PODD), Makaton y así sucesivamente.

Dependiendo de la mutación y de la gravedad del síndrome, algunos niños pueden caminar con asistencia/con la ayuda de un andador para niños. 

Los niños pueden recibir su nutrición de diversas maneras. Algunos niños pueden comer por vía oral (principalmente con asistencia), algunos comen por vía oral pero tienen también una sonda de alimentación, mientras que otros dependen por entero de la sonda de alimentación.

Debido a la hipotonía del niño, muchos tienen dificultades para tragar y masticar, por lo cual las sondas de alimentación son muy comunes. Las dificultades para tragar y masticar también pueden causar la aspiración de la comida.

En los niños afectados por la deficiencia de MCT8, es posible que las hormonas tiroideas no lleguen al cerebro, pero pueden llegar a todos los demás tejidos a través de transportadores adicionales. Como no hay comunicación entre la tiroides y el cerebro (que tendría el papel de ajustar la producción de hormonas tiroideas), la tiroides produce hormonas en exceso. Todas estas hormonas adicionales serán transportadas a los otros tejidos por otros transportadores, creando un exceso. El exceso de hormona tiroidea (T3) es parcialmente responsable del metabolismo elevado y de la incapacidad para ganar peso. Un alto nivel de la T3 en la sangre es la causa de la incapacidad para ganar peso y de la malnutrición.

Aunque sus síntomas no sean una amenaza para la vida, sus complicaciones podrían serlo. Cosas simples, como por ejemplo no poder voltear la cabeza mientras duermen, pueden llevar a la asfixia de los pacientes. El reflujo gástrico también es muy común y no representa una amenaza en condiciones normales, pero puede resultar fatal para un niño que no puede controlar su deglución. Una simple infección que el cuidador no puede sospechar, ya que el niño no está interactuando con su entorno, también puede ser letal. En conclusión, MCT8-SAHD no tiene síntomas que se conviertan en una amenaza para la vida, pero sus complicaciones sí que pueden serlo.

Dependiendo de la mutación y de la gravedad del síndrome, la esperanza de vida varía para cada niño. El equipo médico de su hijo podrá contestar mejor a esta pregunta.

  •     Neumonías continuas
  •     Aspiración durante el sueño
  •     Infecciones no detectadas

El indicador más común es que los niños no pueden sostener sus cabezas. Esta es la primera meta importante del desarrollo de los niños, que se logra a la edad de 3 meses. Pero para los niños con MCT8-SAHD, esto es una dificultad a la cual se enfrentarán para toda la vida. Con el tiempo, los niños presentarán espasticidad en los miembros superiores e inferiores, mientras el resto del cuerpo permanecerá afectado por la hipotonía. .

  1.     Falta de control de la cabeza
  2.     Hipotonía central combinada, en la mayoría de los casos, con hipertonía periférica
  3.     Discapacidad intelectual
  4.     Incapacidad para aumentar de peso y para mantenerlo
  5.     Aumento de la frecuencia cardíaca - relacionado con la toxicidad elevada de la sangre.
  6.     Retraso motor
  7.     Densidad ósea baja - se considera que es un síntoma asociado con la toxicidad elevada de la sangre
  8.     Ataques epilépticos
  9.     Desmielinización
  10.     Problemas para dormir
  11.     Problemas para tragar/masticar la comida
  12.     Distonía
  13.     Espasticidad

La mayoría de los pacientes empiezan a mostrar retrasos después de los primeros meses de vida.

La mayoría de los niños tienen problemas para dormir, pero esto no es válido para todos.  Los factores que contribuyen a los problemas para dormir son el reflujo y la distonía.

Independientemente de la discinesia paroxística, las convulsiones afectan a un número reducido de niños con deficiencia de MCT8.

La existencia de las convulsiones sólo puede confirmarse mediante un electroencefalograma.  Como padres, deberán ser los defensores de su hijo y solicitar lo que piensan que su niño necesite.  También pueden solicitar múltiples pruebas, hechas en momentos diferentes, ya que los EEG no están siempre capaces de detectar cuando su hijo tiene convulsiones.  Se recomienda la monitorización con video-electroencefalografía (48).

Los niños que participan en la vida familiar cotidiana siempre mejoran. ¡Sea un defensor de su niño e implíquelo en todas las actividades familiares habituales!

Hay algunos niños que tienen problemas relacionados con los ojos (por ejemplo estrabismo), pero no se ha demostrado científicamente la existencia de una conexión entre ellos y el síndrome.

Los niños que sufren de MCT8-SAHD tienen a menudo problemas para mantener una temperatura corporal constante. Esta conclusión proviene de observaciones basadas en la experiencia de la comunidad y no tenemos ninguna explicación científica para ello. Debemos recordar sin embargo que la hormona tiroidea afecta a muchos procesos del cuerpo, incluso el crecimiento y el desarrollo, el metabolismo, la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca.